Se ubica al norte de Quito y es un lugar de encuentro de los habitantes de la ciudad con la naturaleza.
Localizado al norte de Quito, el extenso Parque Metropolitano, un pulmón vital para la ciudad, es un espléndido espacio que crea un puente vital entre los ciudadanos y la riqueza de la naturaleza que les rodea. Aunque está principalmente poblado por extensos pastizales y eucaliptos, las serpenteantes quebradas del parque todavía son un hogar acogedor para una variedad de flora y fauna nativas, constituyendo un pequeño pero significativo hábitat en el corazón urbano.
En un esfuerzo para realzar y revitalizar estas áreas, ReforestemosEcuador lanzó el proyecto “Planta un árbol en tu Ciudad”. A través de esta valiosa iniciativa, hemos logrado revitalizar vastas áreas previamente degradadas del parque, sembrando más de 6,000 árboles, arbustos y plantas autóctonas.
Superficie: 576ha. Se está interviniendo en las zonas de amortiguamiento de las quebradas, con grandes áreas pendientes de restauración.
Ubicación y Altitud: 0° 10′ 38″ S, 78° 28′ 04″ W, con una altitud de 2,915 metros, en la provincia de Pichincha.
El Aliso, el Arrayán, el Cholán, el Nogal, el Quishuar, el Pumamaqui, el Pusopato, el Tilo, el Cedro, el Guabo, el Capulí, la Uña de gato y el Laurel de cera, son solo algunas de las diversas especies de árboles que adornan el paisaje natural con su presencia, cada uno aportando de forma única a la biodiversidad y el equilibrio del ecosistema del parque, y creando un mosaico de vida que es fundamental para el mantenimiento de los habitantes más pequeños y los visitantes alados del parque.
En cuanto a la fauna, el parque es un hogar de 8 especies de mamíferos, 32 de aves y 7 de reptiles, proporcionando un hábitat crucial que, de otra manera, es cada vez más escaso en el entorno urbano que lo rodea.
La introducción del eucalipto, una especie exótica originaria de Australia, ha generado ciertas barreras para el pleno florecimiento de la biodiversidad autóctona del parque. Este árbol, aunque posee ciertos beneficios como su rápido crecimiento y capacidad para adaptarse a diversos climas, también es conocido por agotar significativamente los nutrientes del suelo, lo cual puede inhibir el crecimiento de otras plantas en su entorno inmediato.
Sin embargo, con la intervención estratégica y el replanteo mediante el uso de árboles nativos, la situación está comenzando a cambiar de manera gradual pero impactante.